Las ayudas para la rehabilitación de fachadas tienen como objetivo respaldar a los propietarios y comunidades en la renovación y conservación de sus edificios, mejorando la eficiencia energética, la seguridad y el aspecto estético.
Ser propietario o representante legal del inmueble.
Presentar un proyecto técnico firmado por un profesional cualificado.
Garantizar que las obras cumplen con la normativa vigente y los estándares de seguridad.
Proporcionar la documentación administrativa y los justificantes de gastos solicitados.
Solicitar los permisos correspondientes al ayuntamiento con los planos y detalles del proyecto.
Esperar la evaluación y aprobación técnica por parte de las autoridades locales.
Informar y obtener el consentimiento de la comunidad de propietarios si se trata de un edificio en régimen de propiedad horizontal.